La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de síntomas.
En nuestra vida contemporánea, parece que relacionamos la salud con la falta de síntomas o la mala salud con la presencia de síntomas. Nuestro bienestar está más relacionado con la forma en que nuestro cuerpo funciona en nuestra vida diaria, que con los síntomas o el dolor que podemos sentir en un día determinado.
Por ejemplo, tendemos a pensar en el dolor como algo que hay que eliminar, sin dejar de pensar que el dolor en sí mismo es la forma en que el cuerpo se comunica con nosotros acerca de algo que está funcionando mal. Nuestro cuerpo nos está pidiendo que cambiemos la manera en que estamos haciendo las cosas. El dolor a veces se llama «el regalo que nadie quiere».
Tomemos un ejemplo: ¿Es un dolor de cabeza una falta de analgésicos en el cuerpo?
NO, así es como nuestro cuerpo nos advierte que algo en nuestro comportamiento no está siendo beneficioso para él (y para nosotros, obviamente) y por eso requiere nuestra atención.
Los síntomas son sólo una señal, la salud es más que eso.
Experimentar la salud y el bienestar requiere que cuidemos nuestro cuerpo. Mejor tratarlo bien, sin esperar a que el dolor o la enfermedad se manifiesten.
Recuerde que la salud no es sólo «sentirse bien» porque sabemos que los problemas pueden progresar durante años sin manifestarse. Por ejemplo, la enfermedad cardíaca a menudo pasa desapercibida hasta que ocurren trastornos graves y se instalan. Es razonable hacer todo lo posible para reducir los riesgos y optimizar nuestra salud, nuestra calidad de vida y nuestro confort….: